3.12.07

D|Cember

Y se nos vino diciembre. La frescura de la brisa, el divino clima que nos vuelve a sonreír, atardeceres que me hacen querer congelar el reloj a las 5:15 pm para quedarme inmerso en el dorado matiz que toma la atmósfera al atardecer y me pone en éxtasis. La sensación de algo que se termina, la efímera pero igual linda emoción de un aguinaldo, y este espíritu navideño, que aunque no comparto la celebración, parece desinhibir en la gente su licencia para ser altruistas, amables, especiales y cálidos (y bueno… hay que aprovechar que eso se de).

Estos días tienen muchas cosas que atesoro: dos aniversarios de eventos que me han afectado radicalmente la vida, y entrar en esta recta final me pone a evaluar lo que he hecho y dejado de hacer. Y aunque cada vez me reprocho más mis errores, también cada vez más celebro con más entusiasmo lo que tengo y entiendo lo insulso de protagonizar lo que falta.

Este año ha sido esencialmente el año de las pérdidas: certezas, paz, amigos, a Tina, un trabajo en el que estaba a gusto, estabilidad, y mucho de mi tiempo (intenté evadirlo). Me invade un cansancio que va en crescendo, y la ansiedad ha llegado al nivel en el que durante algunas noches he tenido que sedarme con un te tranquilizante o una cerveza para conciliar sueño. Será mi primer diciembre sin tamales de Tina, y confieso me invade una sensación de traición cuando pienso en comerme uno.

Pero también las pérdidas tienen como efecto secundario la ganancia de otra cosa: con la paz perdida gané tolerancia, y realmente nunca perdí amigos: solo no detectaba que ellos nunca lo fueron. El cambio de trabajo me hizo perder la ‘estabilidad’, pero, he encontrado formas de remotivarme, incluyendo el reto de escribir por primera vez en forma ‘oficial’, como editor del proyecto del newsletter de mi compañía. La convalecencia terminal de mi abuelita fue una oportunidad de ver a mi familia inmediata en acción, y sacó a relucir los parientes con los que quiero comunicarme (Marichula, you rule).

Este año, en febrero, para el segundo aniversario de mi existencia como ‘blogger’, di comienzo al proyecto D-Verse-City Network, en el que diversifiqué mi producción en módulos, y me ha permitido ampliarme de formas muy interesantes. Ahora laboratorios para producir, y la fuerza de escritor va en aumento. Mi escritura ha cambiado; siento que manejo mejor la comunicación de ideas. Tal vez escribía tan serio y tan profundo que muchos no habían podido notar que yo manejo algo de humor. Manejo un par de proyectos más por ahí, que espero que en el medio de mis enredos logren ver la luz del sol.

Nos espera un gran mes. En mi nombre, te pido que una tarde de estas, y en el anochecer, en plena alba, disfrutá una tarde, y celebrá lo que tenés, y pensá en lo perdido solo para ver qué cosecha positiva te generó esa semilla de dolor. Entonces, desenvolvé el abrazo empaquetado como attachment en este párrafo, para aplicar justo entonces. Nos hayamos conocido en persona o no, celebremos que un medio tan frío como la informática hiciera posible que entre vos y yo hayan nexos (que de alguna forma implican afecto). Tal vez nos perdemos estar juntos, pero ganamos estar cerca en espíritu. Quien necesita un espíritu navideño para conectarse?

2 comments:

marcela said...

Qué post tan bonito. La verdad he sido muy afortunada de venir y descubrir tu mundo gracias este medio.

Un abrazo

Anonymous said...

Tal vez sea cierto que cuando escribes cuesta percibir que manejas humor; pero cuando hablo contigo lo que cuesta es más bien ver la profundidad de tu imaginación y tu capacidad de análisis, sé que la tienes en sumo grado (te escribe uno que quiso ser químico. Sé lo que digo, lo he visto.)
Sigue así, no cambies tu manera de percibir lo que tienes y afrontar los sentimientos dañinos por lo que no tienes (no te falta nada realmente necesario.)
Más es lo que me has ayudado que lo que he podido hacer por tí, ya se fue la mitad de este tu mes querido, sabes, soy tu amigo, aunque te critique tan severamente y hasta halle a veces un placer morboso en ponerte a prueba cada vez más, pero siempre sales adelante... no podría ser de otra manera.