24.12.07

White Dwarfs


Faint White Dwarf Star in Globular Cluster NGC 6397. | www.hubblesite.org

El avioncito que tiré del patio para ver si volaba, en mi casa en Santa Eduviges a mis dos años. El kinder al que no pude asistir cuando tenía cuatro, que tratando de encontrar, crucé una calle peligrosa y me monté en un bus sin plata para los pasajes, con mi hermanita de dos añitos, con una lonchera herrumbrada que me regalaron.

Mis ojos con rayos láser, poder que perdí súbitamente a mis cuatro y medio años, en los que disparándoselos a mi mamá por que me estaba regañando, recibí como devastador contraataque: “Y deje de hacerme bizco!”

Las naves de papel, o “Eagleman”, el robot que inventé, con planos y todo, y para el cual, en busca de un nombre, consulté en primicia un diccionario en inglés a mis ocho.

Carolina, mi primer y única musa en el sentido estupidizante de la palabra desde los ocho, y de la que logré despedirme en forma oficial hasta los veintidós. Mis planes de matrimonio a mis diez con Rosa, la compañerita de ojos azules que me daba pelota en la escuela.

Durante mi adolescencia, los poemas a Dylana, Vanesa, a Carolina, a Xiomara, y la canción que escribí para la profe de física que olía a shampoo y perfume: “Químicamente hablando”.

Mi carrera como músico y compositor. En el colegio. Mis talentos histriónicos y de guionista, o bien de director de escena, de las que me dí cuenta cuando a mis diecisiete, fui uno de los productores de la obra de teatro amateur jamás montada en la historia de ese colegio.

Emerge (una compañía de desarrollo multimedial y web). Breaddhen (una panadería que funcionaría con distribución en puntos de venta y por una campaña expectativa larga que se valía de recursos baratos y el web, y un blog. El plan de marketing era fascinante).

Eunice (la distancia, las complicaciones, la inseguridad, la manipulación, los orgullos…). Mey y su brillo, y el intolerable dolor de su rechazo. Grettel (la idealización, los chismes, el silencio y el maldito asunto del libro). Los hologramas de lealtad, de amistad, de empatía de aquellos que no nombraré. La ambivalencia manipuladora de una Cuchufleta.

Chipinglish (una marca de camisetas que fusionaban el inglés y lo urbano, desde una perspectiva pola –lo que en México se entiende por naco-. Solo se imprimió una camiseta antes de que el disco duro perdiera toda la info, y se hizo un concepto de expectativa que todavía merece ser impreso como línea de camisetas tal cual.

IPC, digna competidora del proyecto de Tomás Moro, que igual era demasiado buena para ser cierta.

No se puede decir que son proyectos vivos, pero tampoco murieron. Dónde estan? Aquí hermano, adentro… Son los hilos de la trama con la que construí esta tienda decrépita en la que he decidido vivir. Gracias Dios, por todos ellos.

1 comment:

Anonymous said...

Todas esas cosas y muchas mas, buenas o malas te han hecho la persona que eres, te permitieron crecer y te permitio desarollar empatía, asi podras comprender a "quienes pasamos lo mismo".
Un abrazo