6.11.07

Mekateliu

Aprendí que una de las mejores formas de disfrutar de las cosas es no esperarlas. Así, todo lo que viene es ganancia, y sin expectativas, tampoco hay decepciones. Cierto? Ha resultado bastante bien, por que me concentro más en lo que puedo dar, y eso genera consecuencias positivas, y en muchas ocasiones recibo réditos estimulantes de gente de la que no tenía expectativas de recibir.

Con todo, no es posible que uno logre generar una relación significativa (que sigue siendo necesidad), si no se conoce a la persona a profundidad y no se confía. Querés apuntarte al juego; se trata de mantener vigente la humanidad. No? Y aunque solo buscás cómo podés dar, a veces un simple “gracias, de verdad”, es un aporte (no es mínimo) que tienta a ser germen de un sentido de apego que busque solidificarse. En lo que menos esperás, le conocés, tenés buena química, y compartís tiempo, libros, música, o hablás cosas profundas, y sandeces. Lo de confiar cuestiones ‘entre nos’, viene como taimado, clandestino, desapercibido. En lo que no te das cuenta, ya contás con esa persona.

No es para mucho, sin embargo. No se espera que resuelva o aguante las complicaciones propias; aprendí bien, nadie podrá. Son expectativas mínimas, pero que valen todo: un oído, una palmada; presencia, sentido de compañía.

En estos días, por involución, conté con alguien incapaz de responder a la altura. Debí haber entendido desde un principio. Viajo por ahí en un carrusel de emociones que han pasado por la culpabilidad, el duelo, la soledad, el desconcierto angustia y una ansiedad terrible. El proceso no ha sido fácil de asimilar. Llegue al punto de ‘drogarme’ con bebedizos calmantes para dormir rápido y perder conciencia con urgencia, por que me mortifica estar despierto. Con el perdón de Chespirito. Ahora quién podrá ayudarme?

Una psicóloga de quien yo he sido su ‘analista personal’, me terminó mandando a terapia, y (con el perdón de la gente de esa rama), he aprendido que no pocas veces, los psicólogos están peor que nosotros (eso lo cubriría en otro post). Así que de veras me abrumé.

Quién diría sin embargo, que Anita,una persona con tanta obligación y tensión, gente que mantener, aguantas y atender, iba a asumir en todo esto la faena de estar ahí por mí? Su humor, atoles (que me hacen sentir un niño siendo arropado por alguna razón), oídos y su asombrosa fe en mí a pesar de verme en un momento débil, han sido un bastión y un bálsamo curativo en estos días.

“Nadie ha dejado casa, o hermanos, [...] o madre, o padre […] por causa de mí [...], que no reciba el céntuplo […] y hermanas, y madres” (Marcos 10:29-31). Esta mujer vale ese céntuplo. Si hay cosa tal como derramar el corazón en un escrito, estás ante un caso de ellos: puedo derrochar mil pruebas de que los amigos no existen y que no se puede creer en nadie, pero con un solo caso, yo me retracto y sigo creyendo en la amistad de verdad.

Mekateliu me owe me fast, fresh and fiesty, spoiled, wishy washy and untidy life to you lickle picnee. Thanx fi being pan me paña sour behind so diamn much. Yuh is the bestest. Yuh wicked madderashan fix me. Jah Bless! Luv from yuh burnuos Culi! So me seh.

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