13.8.08

Butter.Fly F/X

La teoría del caos predica que si bien todas las cosas responden a un orden lógico y variables que pueden ser calculadas con los adecuados métodos de medición, descubrir que existen más variables de las que logramos percibir, cambian el panorama completamente. Es posible que el mejor ejemplo que tengamos a mano sea lo imposible e inexacto que resulta predecir el clima en estos días, por más instrumentos de medición con relativa exactitud que existan. Como corolaria de ella, se deriva lo que la gente llama el “efecto mariposa”: que dice que aún el simple aleteo de una, puede ser el detonante necesario para que del otro del lado del mundo exista o se prevenga un ciclón.

La vida es con toda seguridad una prueba del efecto mariposa. Acciones, reacciones, circunstancias, sucesos inesperados, eventos con los que sí contábamos, y un mundo que no tiene nada más fijo que el cambio, nos mantienen en un constante movimiento de traslación y rotación que hacen de nuestra vida una ruleta (a veces rusa).

Cuando tenía quince años, tenía la seguridad de que siendo el mayor de una familia de cinco hermanos, no podía darme el lujo de estudiar gran cosa, así que la mejor opción a tomar era un técnico medio que se ofrece en los colegios vocacionales. Ya tenía escogido el lugar, y la carrera: Contador del Colegio Vocacional Monseñor Sanabria. Pero un día, en clases de orientación, la orientadora como quien quería deshacerse de panfletos nos dio un brochure que hablaba de un Vocacional desconocido para mí en la provincia de Cartago. Es interesante que me bastara solamente leer la columna que hablaba de diseño para entender que esa era la ruta a seguir.

En otro momento, un cúmulo de decepción por malas experiencias me habían hecho perder el interés por hacerme de casa. El plan era pagar el terreno, venderlo cuando fuera posible, y salir ya de un proyecto que tomé cuando tuve planes de matrimonio. Cuantos apostarían algo a que un titular de un periódico a principios del año 2004 iban a convencerme en cuestión de cinco minutos de que ese año me haría de casa? Cómo puede un titular devolverme la fe?

Algunos economistas han encontrado que la teoría del caos aplica con mas vigencia en términos como la fluctuación de valores del mercado. Se han hecho varios estudios y se ha descubierto que parece haber un patrón que mas o menos permite predecir las variantes que aparecerán o no. De esta forma, se ha logrado entender que es razonable esperar que algunos mercados resurjan luego de tener una caída.

De todos los efectos mariposa que yo he enfrentado en mi vida, el más caótico es el efecto de las mariposas del estómago. En estos momentos ruego por no caer en la misoginia, y por balancear mi cabeza de forma tal que no pierda la esperanza en la humanidad de la forma en la que lo he hecho. No puedo perdonarme los errores que he cometido. Me resulta difícil entender que sigo cayendo en el mismo juego y tras de eso actúo como el que tiene que terminar pidiendo perdón por cosas que siento en lo profundo que yo no hice. No es falta de humildad, de hecho es el otro extremo. Siento que nunca voy a poder con esto (no es lo que quiero creer, y espero estar equivocado).

Hoy, sin querer caer en la autocompasión, me declaro en la etapa mas desdichada de este aspecto de mi vida. El optimismo se me hace cursi, el positivismo se me hace inútil y hasta aporto pruebas para debatirlo. Lo digo con mucha vergüenza. Solo me aferro a las metas que me quedan, que nunca se han ido, y en los patrones del efecto mariposa que dicen, que luego de las caídas, de alguna forma tengo que levantarme. Eso no significa necesariamente que mi vida se arreglará con alguien a mi lado. Tal vez, subir consista en aceptar precisamente eso.

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1 comment:

marcela said...

Me parece muy curioso que escribas sobre esto porque me ha pasado algo muy peculiar. Me salí del trabajo aquel, en el que ocupaban a un ingeniero mecánico o estudiante de último año de esa carrera. Yo conozco a dos chavos que llenan ese requisito, pero no tenía sus teléfonos. Me encontré a uno de ellos por pura casualidad porque ya ni tiene que ir a la universidad, como tres semanas después de haber recobrado mi libertad, y le doy el teléfono del ingeniero. Me lo volví a encontrar ayer y le van a hacer entrevista, que en un lugar donde no hay mucha demanda, seguramente lo van a contratar.
Contacté a otra ex compañera para que me reemplazara como dibujante, y me llamó como 2 semanas después de que yo terminara y parece que también tiene posibilidad de quedarse allí. ¿Será posible que ese trabajo haya sido provechoso para todo mundo menos para mí? ¿Quién iba a decirlo?

Con respecto a lo del pesimismo, he de decirte que comparto tu pensar. Estos días tampoco han sido muy buenos por estos rumbos, pero ayer finalmente me decidí a que iba a intentar liberarme de las influencias externas. Retomé un libro de Deepak Chopra, que siempre logra hacerme sentir mejor. En todo caso no olvidés que mi corazón está con vos, y que pido porque te sintas bien. Un abrazo