24.5.07

Tina [05]

“Aquí estoy, me tocó la mejor cama”, me dijo con un tono malicioso cuando la llamé al hospital para ver cómo le había ido cuando le internaron. “Y por qué, tenés buena vista por la ventana?”, “No -me dijo- es que me tocó la cama del centro. Y ya sabés, la del centro no lleva calzones”.


El espíritu de Tina es tan sui-géneris y sorpresivo! Como buena mujer de buena espuela en los mercados, se sabe todos los dichos, los refranes, tiene una extraordinaria capacidad para generar frases de doble sentido, y para nada se anda con tapujos cuando debe de hacerlo. Nunca me gustó hacerle mucho forcejeo a su humor, por que llegaba a grados de vulgaridad que no me quiero permitir manejar. Pero te puedo asegurar, que puede llegar tan lejos como te imaginés.

Tina tiene algo que a veces me incomoda un poco, pero en lo general me fascina: le habla a todo el mundo. Simplemente no conoce el silencio de ir sentada en un autobús sin mayor intelocución que su solicitud de parada. Así, era muy divertido escucharla tratando de conversar cuando le acompañaba, por que de camino evidenciaba otra característica que también me fascina: yo le llamo el 'síndrome del traje nuevo del emperador'. Es un fenómeno tan tico!

Para aclarar, yo le llamo así a la tendencia que tenemos en ciertas idiosincracias en las que simplemente no podemos admitir no conocer sobre un tema. Al afirmar que sabemos sobre dicho tema, recurrimos a invenciones o conclusiones totalmente absurdas, que lejos de dar a entender que sabemos de algo, más bien evidencian nuestra inmensa ignorancia.

Eso dicho, tal vez podás compartir conmigo lo risible que puede ser imaginarse a Tina: dando clases de inglés (“se dice senty colons, para decir twenty colons, pero se pronuncia senty”), arquitectura (“hay una ley en este país para que ya no construyan más edificios de 6 pisos para arriba, por que sino nos vamos a hundir”), medicina (absolutamente todo se arreglaba echándole bicarbonato), o higiene (como la vergonzosa ocasión en la que a mis siete años, me obligó a sentarme en un retrete de una gasolinera con la puerta abierta por que estaba segura de que yo quería hacer la mayor, y tras de eso hizo un escándalo huequeando unos periódicos para poner sobre la taza por que se me podía pegar una venérea -y yo ni sabía que era una venérea!-).

Ese factor, ha servido de base para cuanta historia te podás imaginar, que aunque ahora suenan divertidas, no todo el tiempo lo fueron.... Un ejemplo fué la vez que Tina la hizo de endocrinóloga:

Juan, apodado también “Cusi”, tuvo algún problema hormonal menor que retardó más de lo acostumbrado la adolescencia. Digo menor por que no se hizo un híbrido, pero tampoco es normal que a los 16 años y no hubiera mayor seña de adolescencia. En cierto momento hubo que llevarlo a donde el especialista debido, y bajo ciertos tratamientos el asunto fue resuelto.

Pues bien, yo nunca he sido alto. A los 14 años era mucho menos que ahora, y aunque mi adolescencia ya había comenzado, los signos de ella no habían sido exteriorizados (ni cambio de voz ni nada de eso). Uno no va a andar por todo lado proclamando como un faruscas la aparición de bello en ciertas zonas. Estamos hablando de la adolescencia, que es justamente la edad más compleja a nivel de pudores y timidéz. Así que para ella yo era un infante aún.

Un buen día, Tina quizo averiguar como andaban los asuntos en ese sentido conmigo. Para ella yo ya estaba retrasado, y era algún tipo de engendro genético malhecho. Comenzó a sugerir con su voz de pito que tenía que hacer las de “Cusi”. Que a uno le mandan unas inyecciones que le ayudarán a desarrollar rápido, a ver si acaso me hacía hombre. El siguiente punto es crucial para entender el nivel de ridículo que estaba pasando: has visto el movimiento requerido como para lanzar un yoyo hacia adelante? La mano contraída contra el cuerpo, es lanzada hacia adelante mientras se abre. Necesito que tengas este ademán claro antes de seguir. Luego de explicar el tratamiento con inyecciones, advirtió: “Pero tenés que tener cuidado. Si le ponen mucho de esas inyecciones, puede haber problemas y luego puede que le crezca mucho (aquí es donde hizo el ademán del yoyo) el miembro”.

Olvidaba decir, en caso de que no fuera suficiente ridículo lo que recién conté, que dijo eso en un autobús, así que otras personas estaban escuchando. Con Tina te puede pasar de todo. Menos aburrirte.

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