15.5.07

Dalilah



Cuando tenía cuatro años, recién nos habíamos mudado a San José. Vivíamos al sur de la capital, en un lugar llamado San Sebastián. La casa quedaba dentro de la propiedad de los dueños, y saliendo de ahí vivía una niña que recuerdo cuando miro a Angélica (la de los Rugrats). Una vez jugó conmigo de Salón de Belleza: yo me dejé, creyendo que tenía una amiguita. Me cortó las cejas, las pestañas, el cabello, y como habrán de imaginarse, mis papás se escandalizaron.

Me castigaron por haberme dejado (pero voy a dejar ese tema para otro momento en el que aborde las imprudencias de los padres). Me fuí a llorar al cuarto, sin entender del todo muy bien por qué es que me habían pegado por ir a jugar. En tanto que mi papá decía en la cocina: "Ahora lo vamos a tener que pelar coco". Eso sí me hizo entender que estaba en problemas. Sinceramente no había despertado en mí una pizca de vanidad y no vivía pensando cómo me podía ver, así que la tortura de si me rapaban no era tormentosa por el hecho de que me fuera a ver feo. Lo que contesté fue probablemente la evidencia de lo que verdaderamente sentía. Les replique llorando: "Si me pelan coco me muero!".

Fue hasta hace un poco tiempo que entendieron que no dije eso como amenazando cual si fuera un berrinche, sino por que de veras estaba convencido en mi corazón de que enfrentaría la muerte si se me rapaba. La razón no la puedo explicar. Dice mami que desde muy bebé tenía mucho pelo, y que me crecía mucho... Pero lo mas probable es que simplemente no tenga explicación racional, y esta sensación se aloje en el departamento de lo incomprensible y lo disfuncional, que bastante grande ya es.

El punto es que nunca me ha gustado usar el pelo corto. Me tomó algún tiempo encontrar quien me cortara el pelo a como me gusta. Desde hace unos 7 años, mis hermanas eran mis estilistas (aunque no había gran look que mantener). En mi casa no hay un solo peine. Untarse un poco de gel y echarse para atrás el cabello había sido mi pacto de paz final con mi cabello, que aunque no andaba exhibiendo, resultaba ser abundante.

Para fines del mes pasado, estaba con el pelo realmente largo. Ya la gel no podía disimularlo y me veía cabezón. Si me picaba la cabeza, al rascarme, se me levantaba un bulto en la zona donde lo había hecho, por que dejaba de funcionar el gel que militarmente aunaba y comprimía mi cabello. La única razón por la que no había hecho mi último corte de pelo era el tiempo. Pero el primero de mayo, no tenía que ir a trabajar. Sin embargo, esta vez no podía hacer un viaje interprovincial para ir a visitar a mis hermanas. Además es como medio relación de uso. Tenía que buscar un lugar nuevo en Heredia, y de hecho el plan a largo plazo podría implicar emanciparme de cortarme el pelo solo con ellas.

Pedí referencias a mi vecina y amiga Anita. Compartimos muchas ideas, lugar de nacimiento, y ahora vecindario. Ella me envió donde "Angel", en cierto punto de mi provincia. En la tarde decidí ir al lugar que me indicaron, pero la cortina de hierro estaba entrecerrada... Adentro había un grupo de gente afrodescendiente, jugando con un estéreo que tocaba a todo volumen "Rump Shaker", así que me imaginé que se estaban cortando el pelo los amigos del tal "Angel".

Pregunté tímidamente asomando mi cabeza bajo la cortina: "Disculpen... están atendiendo hoy?". Una mujer (linda por cierto) me miró, y sonriendo cuchicheó a alguien que no podía ver por la pared... en eso tuve la aparición del famoso "Angel". Era un chavalo mulato, de gafas oscuras, algunos tatoos, y de nota reguetonera. No es mi estilo para nada, pero en mi provincia natal abunda ese perfil de carácter, y se llevarme bien con el. El muchacho me dijo que si me iba a atender. Me pidió quitarme el gel. Me puso a escoger un corte de pelo y escogí uno que era corto (quería esta vez asegurarme de que no iba a tener que estar sacando tiempo para el tedioso corte de pelo), pero le pedí que no se me viera traslúcido el pelo de forma que se viera el cráneo. Con un acento inidentificable me dijo "Tu vas a ver que te voy a dejar tal y como tu quieres... no le hagas caso a esta".

Ahí fue donde comencé a asustarme... Caso a quien? "Te voy a probar que yo si puedo". Le dijo a la muchacha. Por un momento pensé que este no era el tal Angel, y que era otro que estaba experimentando en mi cabeza, pero entonces miré varias fotos de gente a quien el le había cortado el pelo en el espejo... 'Tiene que ser este' pensé, me senté y me relajé... Shouldn't have.

Lo siguiente fue la repetición de lo que ya me había dicho el: "No te preocupes mi hermano, que yo te voy a dejar como tu quieres verte. Vas a ver que vas a quedar super bien". Todo hubiera estado bien si no es que mientras hablaba, pude percibir un fétido olor etílico. Cuando intenté ver qué me estaban haciendo, me dí cuenta que tenía media cabeza rapada. Y me atemoricé con tanta gente amiga de el a su alrededor, así que lo admito: cobardemente ni reclamé.

El niño de cuatro años volvió. Sentía que me iba a morir. Llegué a mi casa y le dije a Juan, mi amigo que últimamente está viviendo en casa mientras me veía al espejo: "No se si reírme o llorar". Juan se rió.

He recibido todo posible tipo de bromas: que si tuve una recaída (en ciertos hogares de restauración a drogadictos tienen por norma raparse), que si me operaron, que me veo muy cachetón (vergonzosamente cierto), que parezco otro, y demás. Damián (el de the Omen) se avergonzaría de su 666 si viera mi cicatríz de nacimiento en la parte superior derecha de mi cabeza.

Por un momento quise ser optimista y tomar todo a como viniera, pero a quién engaño: ya son dos semanas y me siento un zoquete. Me miro como uno. No es que el pelo largo me haga verme guapo, eso lo se. Pero yo sin pelo es como Dolly Parton sin sus bubbies, como Barbra Srtreissand sin naríz, Michael Jackson sin cirugías, o Paquita la del Barrio sin su porquería de música.

A dos semanas mi cabello ha crecido. En este momento está suficientemente largo como para hacer volumen, y suficientemente corto como para no dejarse manipular con gel. Parezco un mamón chino.

This post is Lovingly dedicated 2 the drunk Angel. Heaven help us all

No comments: