IPC-Bye!
Para dejar un grato sabor ante la gente que importa, uno puede dejar un regalo. Pero el presupuesto no alcanza para toda la gente que uno quiere. Además, no a todos los llegué a conocer también como para saber que puedo regalar. Entonces se concluye: bueno, se pasó suficiente tiempo con la gente que conocí. Tal vez, mi mejor regalo pudo ser las tonteras que hablamos durante los almuerzos, las idas al supermercado, las veces en que me tocó untar el pan, las famosas galletitas canadienses, o las canciones que desentoné (ya sea en forma consciente, por molestar, o bien inconscientemente, tras en confortable enclaustro que me proveen mis audífonos). Si la memoria que se tiene es buena, el recuerdo es probablemente el mejor regalo que pueda dar. Si no lo recuerdan con beneplácito, es también evidente que no importa qué hubiera regalado, nunca tendría el favor de las personas a quienes les disgustó. Los recuerdos serán mi regalo entonces.
Para dejar buenos deseos, que la gente de veras cree que uno tiene que tiene para con ellos, uno debe ser sincero, transparente, honesto, y no andarse con caretas. No manejar dobles discursos, y ser, como dicen por ahí, de filosofía ‘mean what you say / say what you mean’. Podrían mis acciones con vos, que estás leyendo esto, probar que siempre quise que estuvieras bien? Si le digo a alguien: ‘Que te vaya bien, y que Dios te bendiga’, de veras lo asumirían como lo que querría que fuera? Podría mi trato con vos probarte que tenía genuino interés en que te fuera bien? Mis mejores deseos son, que de veras hayas sentido que quería que te fuera bien siempre entonces.
Para dejarte un buen consejo, puede que encuentre un obstáculo. He probado para mí mismo que ni la profesión, ni los haberes, ni muchos de los logros que desde que nacés te inyecta esta sociedad. Al final todo se vuelve intrascendente y si pendes de los logros en esta vida, puede que llegue el momento en que te embargue la incómoda sensación del: ‘… y ahora… qué sigue?’ Después de Jesucristo, se dice que el hombre mas sabio que ha habido en este planeta fue Salomón… el dijo: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: “No tengo en ellos deleite”” (Eclesiastés 12:1). Ese será mi consejo entonces.
También podría agradecerte, pero es como demasiado simplista decir nada más gracias. No es posible definir con esas simples palabras lo que realmente significaba para mí los ‘Shows de Cristina’ de los almuerzos, las risas, los vacilones, las canciones. No siempre se puede tener la bendición de que en un lugar de trabajo haya más oportunidades de crecimiento que el laboral. Eso no se puede leer entre líneas si solo les digo gracias.
Tampoco se puede expresar con un simple gracias el que nos aguantaran a mí, a mi mamá, a mi abuelita, nuestros dicharachos, mi hiperactividad o las canciones nacas que a muchos se les terminó pegando por escucharme tararearlas como un mantra.
Dichosamente solo me voy de la Agencia, no del mundo. Así que no es necesario que se pierda el contacto. Ciertamente costará que sea igual por que todos pasamos muy ocupados, pero también he aprendido que siempre se puede lidiar con la distancia y las agendas llenas.
La vida da muchas vueltas y solo los ríos no se devuelven. No se sabe en que momento volvamos a cruzarnos, tal vez incluso aquí mismo. No hay mucho que decir, que no se haya dicho ya, y con actos, que tienen mucho más peso que las palabras.
Para despedirse, uno puede decir simplemente adiós. O tal vez, hasta luego, para que no suene tan negativamente determinista. En este sistema de cosas, lo fijo no es lo que determina las normas, sino más bien las variables, la teoría del caos y los efectos mariposa. Hasta luego será entonces.
Un abrazo fraterno y los mejores deseos!
"El Ñato"
1 comment:
Se me olvido preguntar: salis en la foto? Quién sos? Pura curiosidad...;)
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