8.9.07

Mystic River


Foto tomada de: http://www.epa.gov/glnpo/aoc/kalriv.html


“La vida me ha dado mucho
Pero también me quitó
La vida es este río
De maravillas y de dolor.”
-Páez, Zamba del Cielo


Lo que vas a leer no tiene nada que ver con romance.


El problema con los sentimientos de apego es que son traicioneros. Son invisibles. No los tienes, te mueves bien en general, y de repente aparece alguien que taimadamente te hace pensar que podés tener afecto por otra persona, y tus sentimientos comienzan a fluir en forma agazapada. No te das cuenta de que está pasando. Y el problema es que los sentimientos son por temporada, pero no se sienten como tal.

He caido. He vuelto a abrirme. He vuelto a contar con la posibilidad de compartir muchas de las cosas que regularmente no comparto en forma tan plena, y ante la inmensa soledad que me envuelve, me entierra y me ha dominado, me dejé llevar por la posibilidad de contar con alguien.

Hay muchas cosas que no me cuadran. No me calza como una persona puede mantener un patrón de conducta, generar una impresión, y de un momento a otro, sin mayor evento o aviso, te das cuenta por otro lado que has sido rechazado. Soy yo o hay algo injusto? No se supone que por lo menos uno debe ser notificado de que ya no va a ver a alguien?

Y ahora qué? Es cierto, es tan sencillo como siempre ha sido. Yo siempre he sido solitario, pero el punto es que de un tiempo para acá mi soledad parecía haberme dejado en paz. Y ahora… ahora me doy cuenta que fui un idiota en haber pensado que tenía esperanza en ese sentido.

El problema con los sentimientos de apego es que generan expectativas. Y uno no puede tenerlas con los seres humanos. El problema es que uno trata de dar todo, sin interés, pero cuando te quedas sin nada en cuatro paredes que lo único que te retornan son eco, sentís que fuiste un idiota por que nadie te asalta, sino que vos mismo buscás la gente para que se lleve todo lo que tenés. Es algo que tengo desde pequeño, cuando llegaban los vecinos a jugar conmigo y lo que hacían era llevarse mis juguetes. No me victimizo. Expongo la trayectoria de un mal que tengo.

El problema con los sentimientos de apego, es que los humanos no parecemos querer apegarnos a nada. Y vivimos en la eterna dualidad de no querer nada de nadie, y el mundo moderno cada vez nos hace tener mas formas de comunicarnos, y tenés pagers, teléfonos, email, blogs, y demás, pero no podés hablarte con tu vecino. Probablemente ni sabés como se llama. Y entonces la maldita independencia comienza a hacernos sentir que ocupamos roce social. Se siente bien tener amigos. Pero: cuántas veces tengo que decirme que lo que se siente no es la realidad? Cuántas veces llevarme este golpe?

Y voy a perdonar. Si. Y también voy a sonreír y no voy a guardar animosidad. Incluso, se bien que voy a ayudar, ya es de alguna forma mi vocación. También me voy a ocupar mucho. Voy a volver a escribir otra vez, y ya tengo proyectos en mira, poemas que compartir, mas los que no he publicado por que forman parte de un nuevo proyecto. Pero tengo miedo…

Irónicamente, estoy escuchando el último disco de Páez (soberbio para variar). Y dice en una parte algo que simplemente cito: “yo creo que el mundo no es feliz, la gente tiene mucho miedo. No tuve hijos, me lo perdí, Soledad… tendré una vida sin ti? Necesito parar el bocho y respirar.”

El problema con los sentimientos de apego, es que no se pueden desarrollar si no es en tu propio lugar; y es que esta fue, es, y parece que seguirá siendo tu casa, Soledad.

2 comments:

marcela said...

Esto se aplica a tantos posibles escenarios.

"¿cuántas veces tengo que decirme que lo que se siente no es la realidad?

Estoy en blanco, no sé qué responder.

Anonymous said...

hola soi yod nuevo!

s muy trist no tnr a qen amar o peor dscubrir q aqella prsona aunq parecia no era p ti
poco a poco voy leyndo tu blog y m gusta. salu2

andre89